La educación infantil es clave para la construcción de sociedades que den la bienvenida a las diferencias.
El ciclo de educación infantil ha sido un rango de edad en el que Fil a l’agulla hemos entrado mucho más tarde que en primaria. Las herramientas que tan bien funcionan en el ciclo superior para poder hablar desde el corazón -como nos gusta decir- son mucho más difíciles de aplicar de la misma manera en esta etapa evolutiva. Los niños de 3 a 6 años están en una etapa sensoriomotriz, necesitan vivir y tocar las cosas, moverse a menudo, tener espacio para el juego libre y hacer preguntas sin escuchar muchas respuestas. Son capaces de escuchar durante un ratito muy corto –por definición, están en una etapa egoísta donde el grupo aún no es tan importante como el propio yo.
Al mismo tiempo, en P4 y P5 las relaciones entre los niños comienzan a tener peso en sus vidas. Se dan las primeras amistades, atracciones y, a veces, incompatibilidades, envidias y frustraciones. El conflicto es constante. Es breve, intenso, pero muy significativo. Cada conflicto es una oportunidad que construye el Yo, y que va informando al niño sobre los límites del entorno, es una manera de conocerse a sí mismo, descubrir sus propias capacidades, y también los sentimientos de los demás. Los niños comienzan a construirse y a establecer discriminaciones entre ellos: somos iguales, somos diferentes, tú eres más alto que yo, yo soy más fuerte que tú, tú eres un niño que lleva el pelo como una niña, si hago esto los demás se reirán de mí...
Esta etapa es crucial para la construcción de la personalidad, y también para establecer unas bases sanas para convivir en diversidad. La etapa de infantil es fundamental para trabajar los temas de justicia global desde la raíz.
¿Estimulante, verdad? Y qué poco reconocimiento tiene este trabajo socialmente...
Ante el reto de cómo preparar estas bases para convivir en diversidad desde la educación infantil, nosotros también hemos ido probando herramientas, cuentos, y recogiendo experiencias de diferentes escuelas. Les compartimos algunas ideas que hemos ido desarrollando en diálogo con las maestras de las escuelas donde hemos trabajado en el proyecto Bienvenida Diversidad, entre otras.
Ideas para introducir los círculos de palabra como hábito:
Hacer cada día el círculo de palabra durante unos 5-10 minutos, no alargarlo, y que sea un momento para ir entrenando habilidades sociales (saber escuchar, saber esperar...).
Ayudarse con un objeto de palabra que sea bonito (puede ser un peluche, un objeto especial que hagan entre todos, un 'amuleto'...)
La norma del círculo es que habla quien tiene el objeto, pero no es obligatorio hablar. Hay que hablar y escuchar desde el corazón. Recordar que todos tienen corazón.
Siempre comenzar con una pregunta clara: ¿cómo te sientes? ¿Qué te ha gustado de esta actividad? Di una cosa que te guste de la escuela. ¿Qué cosas nos dan miedo? ¿Quién nos ha ayudado hoy? ¿A quién hemos ayudado hoy?…
El círculo y el uso de la palabra
A menudo nos encontramos con que, cuando ponemos en práctica el círculo de palabra entre los más pequeños, notamos de inmediato los liderazgos y cómo el poder está repartido en la clase. Notamos que algunos niños y niñas tienen más permiso y seguridad en sí mismos para tomar la palabra, mientras que otros no. Notaremos a los niños y niñas que responden lo que queremos oír y a los que pueden responder de forma más espontánea. Algunos niños se callan y otros copian lo que ha dicho aquel niño o niña más popular.
Hacer el círculo regularmente y estar atentas a todos estos aspectos es una muy buena oportunidad para observar al grupo y su evolución en la capacidad de tomar la palabra para hablar y escuchar desde el corazón. Es un proceso que podemos acompañar cada día.
Cuando notamos que los niños copian lo que dice el de al lado, algunas de estas ideas que hemos probado en nuestros talleres pueden ayudarnos.
- Revisar si estamos recibiendo algunas frases con más entusiasmo que otras, y si estamos diciendo "muy bien o muy mal" con lenguaje no verbal. Intentar afinar y ser muy neutrales y apreciativas.
- Recordar la intención del círculo. Es un espacio para conocer la opinión de cada uno, los sentimientos de cada persona son importantes.
- No obsesionarse. Probablemente los niños/niñas que se copian tienen menos autoestima y valoración en el grupo y necesitan su tiempo para atreverse a decir cosas nuevas. Copiar lo que han dicho otros también responde a la necesidad de pertenencia.
- Repetir lo que nos han dicho y añadir una pregunta. Ejemplo: todos los niños están diciendo que les ha gustado saltar a la cuerda. "Ajá, te ha gustado saltar a la cuerda... ¿y algo más?" o "Veo que hoy nos lo hemos pasado muy bien saltando a la cuerda, ¡viva! Y ahora me gustaría saber... ¿Qué más os ha gustado de hoy?"
Tres sugerencias de cuentos:
- ¡El Monstruo Pequeño Dice NO!, Kalle Güettler, Rakel Helmsdal y Áslaug Jónsdóttir. Trabaja la asertividad, la capacidad de decir lo que no nos gusta, ser conscientes del impacto que tenemos sobre los demás, pero también la capacidad de hacer acuerdos y perdonar a un amigo o amiga.
- La niña de los gorriones, Sara Pennypacker, Ilustraciones de Yoko Tanaka. Nos ayuda a hablar sobre cómo desobedecer leyes injustas, y puede dar lugar a hablar de muchas cosas; desde el rol de los niños cuidando el planeta, hasta situaciones en las que nos encontramos haciendo cosas que no queremos hacer.
- EEn Tito busca nariz, Guido Van Genechten.
Nos puede ayudar a hablar de la confianza en uno mismo, del talento, del tesoro que cada uno y cada una de nosotros tiene dentro para descubrir..
Introducir el enfoque restaurativo.
La aportación de este enfoque es que se centra en el impacto que tiene el daño en la persona que lo ha recibido y en restaurar la relación.
En una agresión, la dinámica habitual es: un niño agrede a otro y ambos nos miran a nosotros. Uno llora y el otro se queda desconcertado o se defiende diciendo "yo no he hecho nada".
Nos buscan para intervenir y hacer justicia, y queremos evitar hacer este papel por sistema, ¿verdad?
Después de haber aclarado un poco qué ha pasado, una manera de acompañar las agresiones con el enfoque restaurativo es ayudar a quien ha hecho daño a tomar conciencia de lo que ha hecho.
- A veces nombrando lo que está diciendo el mismo niño: “Míralo: está llorando y dice que le duele el brazo"
- También animando a la persona que ha agredido a preguntarle al que llora cómo se siente
- Pedir a quien ha agredido: “mira al otro”. Para que vayan desarrollando empatía, capacidad de leer los sentimientos del otro, y les ayudemos a descifrar las expresiones.
- Preguntarle a la persona afectada cómo se siente, preguntarle si le gusta lo que el otro le ha hecho o dicho.
También es interesante la pregunta de cómo te sentías o qué pensabas en el momento de los hechos, dirigida a la persona que ha agredido. Aquí podemos descubrir si hay inconsciencia de haber hecho daño o si venimos de un conflicto previo y sí que había intención de hacer daño.
La gran aportación de este método está en que, una vez sabemos los hechos y se ha tomado conciencia del impacto emocional que han tenido, no nos quedamos ahí, sino que damos la oportunidad a la persona que ha hecho daño de cambiar en el momento. Por eso es clave preguntarle cómo se siente después de saber lo que ha pasado. Valorar la capacidad de sentir el dolor del otro, sentir vergüenza, arrepentimiento.
Si le cuesta expresar lo que siente o no lo sabe —ya que este no es un camino fácil—, podemos llevar el foco hacia nosotros. Explicar lo que a nosotros nos causa tristeza, dolor, etc.
Y después llevar la conversación hacia la reparación, hacia restablecer la relación entre esas dos personas que conviven en clase día a día.
- ¿Qué necesitas para que las cosas estén bien?
- ¿Qué puedes hacer tú para que las cosas estén bien?
Tenemos estas preguntas como guía y las vamos siguiendo, es una cuestión de práctica, ir adaptándolas a nuestra realidad y a nuestro estilo.
Ejemplo: Preguntar a los niños: ¿a ti te gusta que te digan...? y hacer de altavoz: a ella no le gusta que le digan... así que, por favor, no lo vuelvas a hacer.