Fil a l’agulla comparece en el Parlamento de Cataluña para presentar el marco de actuación y propuestas concretas para promover la convivencia y detener el acoso en los centros educativos.

Liderazgo efectivo, formación docente y cultura restaurativa, elementos clave para construir una convivencia segura en los centros educativos.
30 de enero de 2025

El pasado martes 28 de enero, Lídia Casanovas y Noemí Canelles, del equipo de Educación de Fil a l’agulla, intervinieron en la Comisión de Educación y Formación Profesional del Parlamento de Cataluña para presentar nuestro marco de actuación cuando ingresamos en escuelas e institutos para apoyar la convivencia y frenar situaciones de acoso. En la sesión también participó la Asociación Trencats, Una entidad dedicada a la lucha contra la violencia y el acoso escolar que apoya a las víctimas y sus familias. 

Durante la sesión parlamentaria, compartieron no solo la metodología de trabajo propia, sino también propuestas de mejora en la gestión educativa y escolar con la intención de prevenir y evitar situaciones de abuso y acoso.

>>Enlace de la comparecencia completa

Fil a l’agulla cuenta con más de quince años de experiencia a la hora de abordar situaciones conflictivas en centros educativos. Nuestra experiencia radica en leer las dinámicas de discriminación de los grupos y proporcionar acompañamiento y apoyo a todos los agentes sociales implicados (familias, equipo directivo, equipo docente…) con el objetivo de prevenir y detener las agresiones. En su intervención, Casanovas se centra en tres puntos que requieren atención y recursos: un liderazgo eficiente, formación a los equipos directivos y docentes, y la extensión de la cultura restaurativa a todos los centros educativos, trabajando con las familias para tejer comunidad. 

Por otro lado, Canelles presenta la experiencia real y efectiva gestionada por Fil a l'Agulla en respuesta a un caso de suicidio de un alumno en un centro escolar, con la intención de extraer metodología práctica para abordar y gestionar situaciones de alta complejidad en los centros educativos. 

A continuación exponemos el marco y la metodología de trabajo presentados en la comparecencia:

Los grupos sociales constan de dos dimensiones: el centro y la periferia. La comunidad valora ciertas actitudes, valores y características de los individuos por encima de otras. Las personas que reciben más reconocimiento constituyen el centro, mientras que aquellas que son relegadas a un espacio poco apreciado se encuentran posicionadas en la periferia. Si bien el hecho de que exista esta distinción, con el centro teniendo más influencia y poder sobre las dinámicas y miembros del grupo, no es perjudicial en sí mismo, puede derivar en situaciones conflictivas y de sufrimiento. Los problemas sociales surgen cuando siempre son las mismas personas las que se encuentran enmarcadas en un espacio periférico y de poca importancia, lo que posibilita situaciones de malestar hasta llegar a circunstancias de marginación, abuso o acoso. La solución radica en construir convivencia; pero, ¿cómo se construye? ¿Y de quién es la responsabilidad? 

Para construir una buena convivencia es indispensable la presencia de un liderazgo eficiente que apoye el buen uso del poder, y que se utilice al servicio del bien común. Para esta labor, el posicionamiento del equipo directivo y docente es clave. Cuando hay sufrimiento, se debe atender, pero para detectarlo se requiere una formación que lo permita, evitando la posibilidad de invisibilizar ciertas conductas de violencia en las aulas. Los equipos directivos y docentes requieren instrucción en la mirada restaurativa. Un enfoque que promueve la gestión positiva de los conflictos, poniendo énfasis en la reparación del daño, la responsabilidad compartida y la construcción de vínculos dentro de la comunidad educativa.

La diversidad de realidades socioeconómicas presente en las escuelas requiere elaborar medidas efectivas a la hora de reducir la distancia entre los centros educativos y las familias, teniendo en cuenta sus condiciones. Medidas aparentemente indirectas, como compromisos hacia la segregación, pueden ser de vital importancia en el intento exitoso de tejer comunidad. En Fil a l’agulla promovemos espacios reflexivos con la participación del equipo directivo y docente, los profesionales del mediodía y las familias para la construcción de la confianza necesaria en el logro de una convivencia sana y agradable. La creación de espacios seguros requiere reconocer cómo operan las violencias estructurales, y desde la sensibilización, combatirlas en la medida de lo posible. Como en el caso expuesto de la gestión de un caso de suicidio en un centro escolar, es importante y efectivo brindar formación a los equipos docentes y educativos, así como acompañamiento y apoyo emocional. Utilizar las herramientas y recursos que aporta la mirada restaurativa es un acierto que promueve liderazgos efectivos y espacios de confianza y cohesión que derivan en el fortalecimiento de la comunidad.

El compromiso de Fil a l’agulla sigue siendo el de destinar recursos y energía a la formación de equipos directivos y docentes, acercar la cultura restaurativa a los centros educativos y tejer comunidad con las familias, para evitar situaciones de sufrimiento y violencia en los entornos educativos.

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